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PRD: Concertación para el Cambio Democrático -

miércoles, 13 de junio de 2012

Era miércoles 23 de marzo del 2011, la crisis post-convención del PRD era la noticia de primera plana en la prensa nacional. La mediación había comenzado, me reunía indistintamente con el ex presidente Hipólito Mejía y el presidente del partido, Miguel Vargas Maldonado.
A las 6 de la tarde, llegué a la casa del presidente Mejía, a una de las múltiples reuniones que sostenía con ambos, cuando entramos en materia, le dije: "Presidente, yo estoy aquí no sólo como facilitador, comprometido en soluciones. Yo estoy aquí por una responsabilidad histórica. Si mi padre* hubiese sido mediador y se hubiese dado un entendimiento entre don Jacobo (Majluta) y don Salvador (Jorge Blanco), el primero hubiese sido presidente y el segundo no hubiese terminado en la cárcel".
Y con una mirada reflexiva y profunda me contesta: "Así es Nelson, tú sabes de lo que hablas" y le agregó "y Peña Gómez hubiese sido Presidente de la República".
Todos conocen los acontecimientos: Parte sustancial de una generación que se había abierto camino el 27 de febrero de 1963 y se levantó en armas el 24 de abril de 1965 había ido al gobierno por 8 años (1978-1986) pero más pudo el dolor, las rencillas y las diferencias que el amor y el compromiso a una visión de país. Mi familia, mis amigos y mis compañeros fueron parte importante de esos 8 años que culminaron en suicidio y prisión.
La Historia repite sus procesos, ama sus ciclos, es sistémica. Ver el pasado nos permite comprender el presente, pero el presente sólo se puede cambiar viendo hacia el futuro.
La política es altamente emocional y el PRD más. La clave para intentar dirigir un mundo altamente emocional, no es siendo medianamente racional. Porque chocas. Te desgasta. Te frustra. La clave para intentar dirigir un mundo altamente emocional, es siendo altamente racional. Porque los extremos se tocan.
Si "sólo el PRD vence al PRD" el PRD debe concertar con el PRD para competir y ganar afuera. Y ésta no implica claudicar a los principios, valores ni sagrados objetivos del partido. Por el contrario, es concertar para implementar nuestros objetivos estratégicos, las resoluciones adoptadas por el Congreso José Francisco Peña Gómez por la Unidad y la Renovación.
Es concertar adentro para evitar que otros jueguen con los hilos de nuestra división y se alimenten de ella y en ese proceso nos destruyan. Es concertar adentro porque un PRD fuerte y unido abre el camino para que el presidente Danilo Medina pacte con el PRD la realización de reformas y cambios importantes que necesita la Nación. Que seamos la institución que haga el equilibrio en la democracia y vigilemos muy de cerca la acción del gobierno.
Es concertar adentro para que el PRD siga siendo la fuerza aglutinadora y articuladora de la sociedad y las fuerzas progresistas. Es concertar adentro para la renovación, la organización, la institucionalidad, la disciplina interna y la mediación eficaz con la sociedad dominicana. Esto va más allá de cambiar hombres y nombres, lo importante es cambiar actitudes y conductas.
El PRD debe concertar adentro para representar con más firmeza las necesidades de los humildes, de los desfavorecidos y de los excluidos. El PRD debe concertar adentro para establecer un nuevo diálogo con la clase media, con las mujeres y la juventud. Debe concertar adentro para articularse con los sectores productivos y junto a ellos implementar las grandes reformas y las políticas públicas que propicien la creación de empleos dignos, la competitividad, la justicia social y la implementación de la seguridad ciudadana con una verdadera reforma de la Policía Nacional.
Somos Concertación para el Cambio Democrático porque entendemos que la Historia tiene sus procesos ineludibles y los repite con saña. El mundo y nuestro país han cambiado, el PRD, por tanto, debe cambiar. Si nuestra postura es creer saberlo todo, estaremos bien equipados para un mundo que ya no existe. Estamos en la oportunidad perfecta para elegir entre la parálisis y la imaginación; entre lamentarnos por los problemas o encontrar soluciones; entre ser víctimas de las circunstancias o ser responsables y crear una nueva realidad para nuestro partido y nuestro país. En el PRD tenemos que atrevernos a replantear los conceptos y las prácticas de la política. Culparnos unos a otros es sencillo. Asumir la responsabilidad de nuestra historia y nuestro destino es lo importante. Y con ello nuestra obligación personal y colectiva para ganarnos el derecho y el honor de pretender gobernar los destinos nacionales.
Por el eso la concertación es un acto de responsabilidad, pues implica ver a los ojos de los hombres y mujeres de las bases de nuestro partido y rendirles cuentas. Implica concertar y explicarles la hoja de ruta de los próximos 4 años. Implica jugar el juego de la democracia donde las bases y el pueblo no son el objeto de una campaña, sino el sujeto de la política.
El liderazgo consiste en generar esperanza y crear nuevas realidades. El liderazgo del PRD como partido político debe ser capaz de generar esperanza, de concertar adentro y con el país para no llegar al poder a administrar un status quo abiertamente injusto y excluyente, sino para transformarlo y crear nuevas realidades con la gente, en la gente y para la gente... donde ricos y pobres, blancos y negros, mujeres y hombres vuelvan a ver al PRD como esperanza y a la política no sólo como el arte de lo posible, sino como el arte de hacer posible lo necesario en la sagrada búsqueda del bien común.
Aún estamos a tiempo.
*Mi padre, Américo Espinal Hued fue Senador de la República y Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de 1963, Procurador General en 1984-1986, gran amigo de Peña Gómez y todo el liderazgo del PRD.

Fuente Diario Libre.
Publicado Poc Cañon Taveraz

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