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Reflexion Peñagomista.

martes, 5 de junio de 2012





“El PRD se parece a los árboles que pierden sus hojas amarillentas batidas por las ráfagas de las tormentas y los huracanes de otoño y reverdecen de nuevo con el advenimiento de cada primavera. Por eso nuestros enemigos nos ven zozobrar en cada crisis e indefectiblemente la nave del PRD ha llegado siempre a puerto.
En cada crisis, el cuerpo del partido, que es su militancia, se convulsiona y palidece, mas luego recupera el vigor antes de que la enfermedad de la división o las tentaciones de la prevaricación destruyan su salud física o moral, porque no solo se puede morir el cuerpo, sino que se puede morir el alma, y en este punto, un partido muere cuando viola sus principios”.



Por Cañon Taveraz.
José Francisco Peña Gómez
5 de julio 1981.




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