Para ganar es
indispensable sumar al contrario y ésta campaña sumó una
parte de ellos. Para ganar en este país, el dinero no es importante, es casi todo. Para ganar es necesario
trabajar duro (hacer la más concurrida subasta ganadera, la más impresionante
feria, el mayor aporte de comités afectivos-272,000 votantes-, la más metódica,
puntual, disciplinada y diligente organización, la más solvente y
autosuficiente de los ramales de la campaña, la que menos dolor de cabeza le
diera al Candidato, la que menos tiempo le distrajera, la que menos espacio le restaba
en la promoción política, la que llenó a cabalidad cada escenario). Es evidente
que no solo el mucho trabajo es importante para la victoria; para ganar, como
en el béisbol, hacen falta cerradores, y aquí los hubo y otros faltaron. Para
vencer a un adversario travieso hace falta una defensa insurgente, integrada
por hombres y mujeres de valores probados, audaces, orientados, dirigidos y
apoyados y este requisito se cumplió en porción mínima, muy mínima. Para ganar,
hay que crear las circunstancias posibles.
El discurso de
Hipólito Mejía, fue breve y dio satisfacción a un amplio sector de la vida de
la nación que defiende la democracia a pesar de sus evidentes imperfecciones.
Ni pensar en las consecuencias que hoy tuviera la alternativa de la
confrontación. Pudiéramos pensar que con tan buenas razones para la protesta,
se pudo forzar un poco más para lograr objetivos al alcance, pero es necesario
meterse debajo de la piel del Candidato para entender su razonamiento. Al paso
del tiempo todos podremos coincidir con una valoración más razonable que la que
podamos ofrecer hoy.
Tras el agitado
proceso queda un manto de amargura, un afán de balance que orienta a la
búsqueda de culpables. A los Sandinistas les tomó 40 años alcanzar el
poder, en el camino perdieron 52,000
vidas. Al PSOE le tomó 105 años alcanzar el poder en España. En las últimas
elecciones al PRD logró superar la barrera de los 2 millones de votos por
primera vez; en 14 provincias nuestros compañeros y compañeras lograron vencer
los varios frentes de la campaña oficial. La mayoría de votos en ultramar nos
trae al PRD 4 de los 7 Diputados electos. Nuestro partido se consolidó en la
casilla #1. Si hurgamos, descubriríamos varias razones para armar nuestro
estado de ánimo y reemprender nuestras inconclusas tareas.
Talvés nuestro pueblo ha evolucionado, para bien o para mal, a una
velocidad superior a la del PRD, y si queremos interpretarlo adecuadamente
debemos revisar nuestros métodos. Tiempo tendremos, disposición, quizás. De
nosotros dependerá, en buena medida, hacer más auténtica nuestra vocación de
Poder.
ELIGIO
JAQUEZ
23/mayo/2012
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